Perros de asistencia

Se incluyen en esta clase de perros los perros guía, de servicio y de terapia.

Su función consiste en asistir y ayudar a personas discapacitadas. El grado y la naturaleza de la discapacidad varia, por lo que se dan: discapacidades físicas y psíquicas, sordos, invidentes i nuevos empleos (perros de diagnóstico y de alerta).

Sobre estos animales recae una enorme responsabilidad, ya que el dueño confía totalmente en sus servicios; por lo tanto, deben ser absolutamente fiables. Por consiguiente, su adiestramiento es muy exigente, aunque se podría decir que perro de asistencia "se nace".

El adiestramiento de estos perros se basa en el condicionamiento positivo, es decir, conseguir motivar al perro a que realice la acción deseada de manera voluntaria, para complacer al dueño. Esto se obtiene mediante refuerzo positivo, nunca por castigo o miedo, ya que en este caso el animal realizaría la acción en presencia de quién le castiga, pero no una vez dejado a solas con el paciente.

El adiestramiento de perros de asistencia no está vinculado a razas concretas, sino a perros con ciertas peculiaridades en cuanto a carácter:

  • Debe ser tranquilo.
  • Debe disfrutar de los humanos asi como desear complacerlos.
  • Debe presentar seguridad, no tener miedos.

Las ventajas más importantes que proporciona este tipo de perro a su amo son:

  • Estímulo constante.
  • Motivación.
  • Compañía 24 horas.
  • Seguridad.
  • Oportunidad de dar/recibir afecto.
  • Interacción con la gente.
  • Augmento de la independencia.

Identificación canina

Identificación canina

La identificación canina mediante microchip empezó a utilizarse solamente en algunos perros de determinado valor. Pero hoy en día a pasado a ser una norma obligatoria aplicable a partir de cierta edad del perro.

El proceso de identificación canina debe llevarse a cabo por un/a veterinario/a oficialmente acreditado; esto es importante ya que si el veterinario no se encuentra acreditado, la identificación no tiene carácter oficial y, por lo tanto, se considera legalmente no realizada.

El microchip es un dispositivo electrónico del tamaño de un grano de arroz que se coloca bajo la piel del animal con una simple inyección subcutánea. El microchip lleva grabado un código numérico único, inalterable e irrapetible que identifica de forma permanente a nuestra mascota. No utiliza pilas ni partes móviles, por lo que su duración es ilimitada, sirve para toda la vida del animal. De este modo, si el perro se extravía o es robado, las autoridads podrás saber quién es la persona responsable del animal y ponerse en contacto con ella.

El dispositivo se introduce bajo la piel mediante una simple inyección con una aguja especial. Siempre se inyecta en la misma zona del cuerpo, en la parte izquierda del cuello, para facilitar su locatización en el momento de la lectura. El implante se lleva cabo sin necesidad de anestesia y sin causar ninguna molestia al animal.

Tras implantarlo, el veterinario rellena una ficha en la que se incluyen los datos del propietario y del animal junto con el código del microchip. A su vez, estos datos son remitidos a los servicios municipales de cada localidad, que son los que se encargan de elaborar el censo canino.

Los veterinarios y las autoridades pueden leer el código fácilmente mediante un lector de radio frecuencia. Al acercarlo al animal, el lector emite una débil señal que proporciona la energía necesaria al microchip para que éste devuelva el código que lleva grabado. El lector recibe la señal y muestra el código en la pantalla. Al introducirlo en el ordenador, aparecerán los datos del propietario.

Si el animal cambia de propietario, o si varia algún dato relevante, la información se modifica en los archivos, sin necesidad de extraer el microchip