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El peligro veraniego de los perros: la Leishmaniosis
La Leishmaniosis es una enfermedad parasitaria grave en el perro, causada por un parásito denominado Leishmania.
La Leishmaniosis se transmite únicamente a través de un mosquito llamado Flebotomo. Sólo las hembras de estos mosquitos transmiten la enfermedad. Para poder transmitir la enfermedad, una hembra del Flebotomo tiene que picar antes a un animal infectado (así se infecta ella) y después a un perro sano. Cuando la hembra pica la segunda vez, los parásitos se depositan en la piel del perro y le infectan.
La temporada de mosquitos comienza con el calor, normalmente en mayo, y finaliza en septiempre u octubre si se prolonga el verano. Los mosquitos permanecen durante el invierno en estado de larvas. En las zonas más càlidas de España, encontramos mosquitos prácticamente todo el año.
El ciclo de actividad de los Flebotomos comienza al atardecer y continúa hasta el amanecer. Mayoritariamente, pican más en el exterior, aunque también se ven frecuentemente en el interior de las casas. Buscan el alimento de sangre gracias al olor del animal, que les llega a través de las corrientes de aire. Entonces vuelan a contra corriente para asentarse y picar.
Si nuestro perro contrae la enfermedad, los síntomas clínicos más habituales son, de modo progresivo:
- Pérdida de pelo.
- Pérdida de peso (no pierde el apetito).
- Heridas en la piel.
- Insuficiencia renal.
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Si el perro no recibe protección, el riesgo de contagio de la enfermedad es mayor. Las probabilidades aumentan si el perro permanece más en zonas rurales y periurbanas, en regiones cálidas del país y si está fuera de casa al atardecer.
Si sospechamos que nuestro perro padece Leishmaniosis, hemos de acudir cuanto antes al veterinario, ya que si lo alargamos, el peligro de muerte aumenta.