Los conejos en otoño

Setiembre es un mes que trae cambios importantes para los conejos, por lo que debemos tomar las meddas apropiadas para que no se vea afectada su salud.

  1. Vacunar. Los cambios bruscos de temperatura pueden ocasionar trastornos respiratorios importantes, conocidos como pasteurelosis. El conejo estornuda muy seguidamente y ronca al respirar; a los pocos días supura mucosidad por la nariz. Se contagia fácilmente por vía aérea entre animales cercanos. Las hembras jóvenes y los gazapos son más susceptibles que los ejemplares adultos y machos. Si el conejo enferma se puede curar con antibióticos, pero lo mejor es prevenir con la vacuna contra la pasteurelosis, que se pone en esta época del año.
  2. La muda. Caída del pelo estacional, que está muy relacionada con los cambios de luz natural. Es necesario recurrir al cepillado para acortar el periodo de cambio de pelo. A los conejos de pelo corto es suficiente con cepillarles 3 veces a la semana, y a los de pelo largo hay que cepillarles diariamente. Hay que utilizar un cepillo de carda.
  3. Los parásitos. El final del verano puede coincidir con un incremento de parásitos externos como pulgas y garrapatas. Para su eliminación, no hay que emplear un antiparasitario de perros y gatos sin tener la certeza de que no es dañino para los conejos. Hay que consultar al veterinario.
  4. Alimentación. El animal va a pasar más horas inactivo, por eso hay que vigilar su alimentación, que sea nutritiva pero no le engorde. Hay que elegir una alimentación equilibrada e incrementar su ingesta de fibra, dándole verduras para que tenga sensación de saciedad y haga una buena digestión.